Visitar la bodega de Jean León, es dar un salto en el tiempo, e imaginar como un polizón catalán desembarca en América y cómo acaba codeándose con James Dean, Marilyn Monroe y hasta haciendo favores a Frank Sinatra.
De cómo un hombre que no tiene nada, que cambia su nombre de pila para eludir la mili americana, pasa de ser taxista a montar (con la ayuda de James Dean) uno de los locales mas frecuentados de Hollywood , La Scala, y cómo soñando con introducir un vino propio en aquel local, el destino le vuelve a llevar a su Cataluña natal, donde monta su bodega: Jean Leon.
Desde luego, hay historias que merecen ser contadas, y Jean León supo escribir bien la suya.
Pero si alguien de verdad quiere saber más sobre la historia de este hombre, sólo tiene que leer a Martí Gironell, en el maravilloso libro La Força de un destí
«Con veintiún años, Ceferino Carrión huye de la gris y asfixiante España franquista en busca de aires nuevos, por lo que embarca en un buque desde Le Havre con destino a los Estados Unidos. En Nueva York cambiará de identidad y se convertirá en ciudadano estadounidense como Jean Leon. Su peripecia vital lo lleva hasta California, donde su espíritu emprendedor y una serie de golpes de suerte lo sitúan a un paso de la gloria, junto a las estrellas de cine a las que admira y de las que se convertirá en amigo y confidente.
Con James Dean planea abrir La Scala, un restaurante que, a pesar de la muerte prematura del actor, se convertirá en un referente en el Hollywood de los años cincuenta y sesenta y que contó con clientes habituales como Paul Newman, Warren Beatty, Marilyn Monroe, Elizabeth Taylor o los Kennedy.
Con una vida de película, Jean Leon demostró que, con sacrificio y esfuerzo, los sueños, incluso el de elaborar su propio vino, están al alcance de la mano.»